abril 13th
U.
Imagen: Julio César Ortega
«Te hablo de violaciones múltiples, de varios hombres abusando a la vez de una joven porque creen que si te violan en grupo te convencerás de que te gusta ser mujer y de que te gustan los hombres. Pero es que además, como resultado de esas violaciones, muchas lesbianas han acabado contagiadas de SIDA».
El extracto forma parte de Caza al homosexual, un reportaje realizado por el periodista Jon Sistiaga, publicado el pasado domingo el El País Semanal y emitido el miércoles en Canal+. En él se describe la situación que hoy viven los homosexuales en Uganda debido a una homofobia de Estado cristalizada en una ley en trámite ya conocida como ‘Ley mata-gays’. Ya pueden ustedes imaginarse en qué consiste semejante atrocidad. David Kato podría contarnos el horror de ser gay en Uganda si no fuera porque lo asesinaron a martillazos en enero de 2011 por ser activista después de que su nombre y dirección, junto a los datos personales de otros cien defensores de los derechos LGTB, apareciesen publicados en un periódico que incitaba a ahorcarlos.
Sin embargo, más que recrearse en las consecuencias -funestas desde cualquier punto de vista-, merece la pena analizar las causas que han llevado a este país africano a perseguir hasta la muerte a todo aquel que se declare o muestre como homosexual.Y, una vez más, todas las pistas nos conducen a la religión. O, mejor dicho, al fundamentalismo religioso consecuencia de ser un lugar con más Biblias que libros de ciencia o historia. Su tasa de alfabetización es del 66,8% según la CIA (la de España es de un 97,7%), mientras que el 90% de su población es católica y anglicana. La combinación resulta un caldo de cultivo perfecto para quienes han decidido sembrar el odio una vez perdida la batalla en Occidente. Así, unos pocos pero muy influyentes telepredicadores procedentes de la América profunda se han trasladado a la zona disfrazados de misioneros para copar los medios de comunicación locales con un discurso abiertamente homófobo. Desde las tertulias de radio hasta los periódicos o los sermones del domingo, expanden su ira alentando una aversión malsana. Es el caso de Scott Lively, un pastor obsesionado con el tema que en 1995 escribió un libro titulado La esvástica rosa, en el que asegura que Adolf Hitler era gay, así como ocho de los diez mayores asesinos en serie de EE.UU. Una joyita.
Cosas de la vida, el mismo día en que se emitió este reportaje sobre Uganda, Uruguay aprobó la ley de matrimonio igualitario. Se convierte así en el duodécimo país del mundo -el segundo latinoamericano, tras Argentina- en igualar las uniones homosexuales a las heterosexuales. Francia, Reino Unido y Nueva Zelanda se unirán al club a lo largo de este 2013, y en Estados Unidos ha rebrotado el debate, que Obama tiene firme intención de zanjar a favor de la igualdad de una vez por todas. La revista Time da la batalla por ganada.
De nuevo, es interesante analizar las causas que han permitido a Uruguay alcanzar este status que, si bien no es garantía de igualdad plena, sí pone punto final a la homofobia de Estado. El pequeño país sudamericano es una de las primeras naciones de América en separar Iglesia y Estado. A finales del siglo XIX ya contaba con una educación laica, gratuita y obligatoria, y su índice de alfabetización es hoy del 98%, tres décimas por delante de España.
Como ven, ser un ciudadano de pleno derecho o un criminal a veces e cuestión de puro azar. Yo le agradezco al mío haber nacido en Europa, pero se lo agradezco más a todas las personas que han luchado para que no se me quiten derechos en función de con quién me acuesto. El matrimonio igualitario es una realidad consumada en 12 países y en algunos estados de EE.UU, México y Brasil, mientras que ser homosexual es un delito en 80 países del mundo.
Fíjense ustedes si queda camino por recorrer. El de los derechos LGTB es el mismo que el de los Derechos Humanos. Por eso nos concierne a todos, aquí y allá, pasar la página de la homofobia y comenzar a escribir un nuevo capítulo de la Historia.
P.D: Si quieres pedirle al ministro de Exteriores español que interceda en la «ley mata-gays» de Uganda, firma esta petición en Change.org.