septiembre 20th
Pagando errores
Nos han prometido que no se subirá el IVA de los artículos de primerísima necesidad (pan, leche, huevos, frutas, medicamentos… y bienes culturales como libros o periódicos), ahora situado en el 4% frente al 16% genérico. También han repetido hasta la saciedad que no tocarán las rentas del trabajo (el IRPF) para intentar que no cunda el pánico, no perder tantos votos y hacer de esto una subida de impuestos a la izquierda, si es que tal cosa existe.
Pero cuando se habla de tocar los impuestos, el pueblo se altera. Y si esto ocurre además en medio de la peor crisis mundial en medio siglo, apaga y vámonos. La medida fiscal, como es lógico, le ha reportado al equipo de Zapatero un aluvión de duras críticas, que básicamente vienen a decir que el PSOE ha perdido el norte y gestiona la crisis improvisando. Se habla incluso del relevo en el liderazgo socialista que será necesario en 2012 tras el ingente desgaste que para entonces –y para ya- habrá supuesto la crisis. Puestos a charlar…
Ante las críticas, el presidente ha reaccionado criticando ‘a los poderosos’ y a la hipocresía del capitalismo en el comité federal celebrado ayer, en el que ha obtenido todo el apoyo de su partido. Y sólo ahora es cuando ZP ha sacado de la manga el naipe de la ideología, esa cosa que dicen está muerta a día de hoy.
Por otro lado, los datos de paro que se verterán a finales de este mes y el último rifirrafe de los socialistas con el grupo Prisa se encargan del resto ante la opinión pública. No hace falta ningún barómetro del CIS para saber que el Gobierno no vive precisamente sus horas más populares. Pero es momento de ser conscientes de que hoy pagamos lo que ayer disfrutamos. Exactamente igual que un préstamo, oigan, para utilizar un vocabulario con el que tantos y tantos estamos acostumbrados. Una economía no puede desarrollarse súbitamente sin pagar, tarde o temprano, las consecuencias. En España vivíamos en la más ostentosa de las impunidades. Y ahora, todo va volviendo a su sitio. Lo que pasa es que no nos gusta, de igual modo que no nos gusta apretarnos el cinturón. De la misma manera que todos participamos de los beneficios que supone pertenecer a esta sociedad, hemos de participar de los inconvenientes que, por otro lado, nosotros mismos hemos creado.
Es una lección que debemos aprender. Pero está claro que no queremos aprender ninguna.
comment-1226
Me gusta como lo has escrito. Llevas toda la razón. España va bien, nos decían. Pues no. No iba bien.