octubre 23rd
Histeria colectiva
Ay, qué bonito término ese de la libertad, ¿no? Aquí y ahora, todos nos consideramos lo suficientemente libres como para pensar y hacer lo que nos venga en gana. Compartimos una feliz idea de la libertad y de la democracia. Pero, a poco que nos paramos a reflexionar, nos damos cuenta de lo pobre que en realidad es esa libertad. Hay innumerables factores que la limitan, que apenas nos dejan elegir entre unas pocas opciones. La mayoría de esos «limitadores» son de enorme peso porque atañen a las bases mismas de nuestra cultura. Pero no es de la libertad de lo que quiero hablar hoy.
Quizá la manifestación más poderosa de la cultura, y la más ubicua después del lenguaje, sean los medios de comunicación. Y no es por barrer para casa, pero visto está. En la era de la comunicación, es lógico que los mass media sean los principales agentes. Lo cierto es que las opiniones se dirigen y los gustos se moldean.
Pues bien, ahora les ha dado a todos esos medios por decir que vivimos una tremenda crisis. Y no digo yo que no la haya, ahí están los miles de datos que se publican cada segundo; Google News tarda exactamente 0,35 segundos en encontrar 894.395 resultados relacionados con la palabrita de marras. Pero creo que se ha exagerado, hasta el punto de haber logrado crear una histeria colectiva mundial en torno a la economía. Si dicen que una mentira repetida mil veces es una verdad, una exageración de algo que existe de hecho tiene todas las de prosperar, ¿no?
A ver. Las familias llevan años endeudadas, vaya novedad. Eso las ha convertido en auténticas expertas en microeconomía; debe ser por eso que hasta bajo las piedras salen ineptos hablando de hipotecas subprime. Pero ha tenido que pasar en el sector financiero, se ha tenido que desplomar Wall Street para que alguien hiciera algo.
Aunque peque de demagogia, señores: los jóvenes en España ya éramos mileuristas -eso con suerte- muchos años antes de que ustedes siquiera pudiesen prever esta crisis (todavía no me creo que ninguno de esos ‘brillantes’ economistas pudiese hacer nada a tiempo). Antes nos dijeron que teníamos que gastar, ahora nos dicen que debemos ahorrar. ¿Sabeis qué? Me muero de curiosidad por ver qué pasará esta Navidad que ya nos acecha (sí, sí, en menos que canta un gallo ya vemos las luces y algún anuncio dirá «esta Navidad…» en máximo dos semanas).
Con este rollo quiero decir que deberíamos relativizar un poco, y desde luego, no achacar todos los males del mundo a «la crisis», como veo que pasa ahora en todos lados. Me apetece ver un poco de optimismo. Es más, como decía un colega, incluso me apetece que me vendan optimismo. Por lo menos, sería original.
El problema es mucho más complejo de lo que aquí cabe explicar, claro. Pero lo peor es que, en un par de años, volveremos a la normalidad, o eso nos dirán. Y entonces, vacas gordas, a vivir que son dos días, y todo volverá a empezar… hasta la próxima.
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comment-1399
Pues la verdad es que tienes razón. Esto de la crisis se ha ido de las manos. Como bien dices, y los datos lo reafirman, es cierto que estamos pasando por una crisis. Pero ¿a caso esto nos afecta a la mayoría de la población?. Lo siento por las personas que usan la crisis como herramienta de escaqueo a la hora de dejar propina o no ir a tomar algo.
Esta crisis afecta, a rasgos inmediatos, a esos magnates con millones de euros en sus cuentas, por lo que nos deja fuera a unos cuantos. Los pobres mil-euristas como nosotros entramos en «nuestra crisis» hace tiempo y no es una cosa de ahora.
¿Pero por qué tanto pánico? Pues es debido, casi diría con exclusíón, a los medios de comunicación. Desengañemonos, esto es noticia, y cuanto más digan, más trabajo, y eso conlleva a especiales «crisis» en los Telenocias y especiales del periódico.
En definitiva, creo que esto son ganas de poner histérica a la gente, cuando hace tiempo ya que está muy complicado para la mayoría de nosotros.