junio 9th
De rescates, mentiras y un presidente que no es.
Ya está aquí. Ya llegó. ¡100.000 millones! El tan anunciado rescate financiero (yo es que no soy mucho de eufemismos y lo llamo intervención directamente) es una realidad desde esta tarde de sábado, pese a que hasta anteayer, el elenco de políticos que nos gobiernan, por llamarles algo, negaban que fuese a suceder. Pero vamos, que una mentira más que menos tampoco se nota mucho. De todos modos, los que mienten son los ministros, porque lo que es Rajoy no da la cara ni en un día como hoy, posiblemente el más importante de su legislatura hasta ahora, y uno de los que en el futuro compondrán sin duda el epitafio de su tumba política.
Que Mariano Rajoy no haya comparecido en uno de los días clave para la historia de España es tan revelador de la clase de presidente que es, que quizá no haga falta nada más. Ha desperdiciado tantas ocasiones para estar a la altura de las circunstancias y ejercer como líder que ya da igual. Sencillamente es un burócrata que está ahí para constatar lo que pasó y mandar a la primera línea de fuego a los que sustituirá más pronto que tarde. Rajoy es un presidente cobarde. Pero intentar evitar el desgaste lo está desgastando.
La intervención financiera es la constatación de un fracaso político, por más que lo intenten vender como un éxito de negociación por el bajo interés obtenido (del 3%, bastante menor de lo habitual en los mercados europeos). Eso sí, no podemos decir que nos pilla por sorpresa. La Oposición que ejercieron fue de las más rasteras jamás vistas. Cuanto peor le iba a España, mejor le iba al PP. La estrategia se basaba en alimentar el fantasma de la crisis, en azuzar el miedo, en obviar la corrupción y en acelerar el carro para hacer caer a Zapatero a toda costa. Lo consiguieron. Con lo que no contaban es que tanta velocidad imprimida al carro lo descontrolaría cuando ellos estuviesen al mando.
Una vez en el poder, el PP no ha hecho sino decir una mentira tras otra («No va a haber ningún rescate de la banca española», Mariano Rajoy, 28 de mayo de 2012). Esas mentiras no sólo han engañado a la opinión pública española, sino que han exasperado al Banco Central Europeo (BCE) precipitando la decisión publicada hoy, cuyas consecuencias reales no sabremos con exactitud hasta dentro de un tiempo pero podemos ir intuyendo. El rescate financiero es la antesala a la intervención económica a lo Grecia, Irlanda y Portugal. Eso sí, dicha intervención no será nominativa -de hecho, este rescate aliviará tensiones-, sino de facto: el margen económico que dejará será tan estrecho que no dejará maniobrar.
Una de las mayores mentiras pronunciadas esta tarde por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, es que esta intervención no nos costará nada a los contribuyentes. Preguntado entonces respecto al por qué no se había solicitado antes el rescate si tan beneficioso era, él ha respondido diciendo que no era el turno del periodista en cuestión. Y esa es la retórica, que sonrojaría a un estudiante de primero de ciencias políticas. Lo cierto es que la calderilla se inyectará, por razones de presteza, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que es un organismo del Estado, quien a su vez también es el avalista de los endeudados bancos. Por tanto, la respuesta es sí, esa deuda la pagaremos todos los españoles.
Mentir tanto es peligroso, porque acabas por dar pistas de todas maneras: sucederá exactamente lo contrario a lo que predicas. Dijeron que protegerían a los trabajadores y aprobaron la reforma laboral más dura de la democracia, dijeron que no subirían el IVA y lo subirán en 2013, dijeron que no habría rescate financiero y… Pero algo bueno tiene: gracias a este Gobierno, las hemerotecas viven un momento de lo más dulce. Yo, cada vez que les oigo decir que no pasará tal cosa, me echo a temblar porque con tales declaraciones tengo la certeza de que lo negado sucederá inexorablemente.
Ahora sólo nos queda esperar a ver qué es lo siguiente que niegan los ministros del presidente.