diciembre 7th
Enreda2.0
Hace unos pocos años (2004), alguien (Tim O’Reilly) inventó el término de Internet 2.0. En poco tiempo tuvo un éxito arrollador, salió hasta en los folletos de Carrefour, y es como desde entonces se denomina a la Web de hoy, caracterizada por ser el medio más interactivo que jamás ha existido. Su mayor exponente, o al menos el que crece a más velocidad, es el fenómeno de las redes sociales: MySpace, Fotolog, Facebook, Tuenti, Xing, LinkedIn… las hay de todo tipo, unas más genéricas y otras más específicas. Pero todas aumentan a un ritmo vertiginoso. Anoche mismo, en una cena con amigos, en las cuatro mesas de la sala del restaurante donde estábamos se hablaba de Facebook. ¿Globalización? ¿Secta? Lo cierto es que abren muchos debates y reflexiones.
Los usuarios las consideramos herramientas útiles para dar a conocer nuestro trabajo, estar en contacto con los amigos, conocer gente nueva, compartir fotos, ideas, hacer networking, recuperar viejos contactos… Para las empresas, estas redes son una fuente de información incalculable. Pueden acceder de manera rápida y sencilla a millones de potenciales clientes y conocer sus gustos, maneras de relacionarse, filias, costumbres y un sinfín de valiosísimos datos. También se han convertido en un must para Recursos Humanos antes de contratar a alguien nuevo.
Son lo más parecido a la realización de la profecía orwelliana del Gran Hermano, y, sin embargo, dan al usuario (como casi todo en Internet) la sensación de que el poder está en él. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que en la Web y en las redes sociales es donde nacen y crecen los movimientos sociales más importantes de hoy, pero no tardan en ser fagocitados y readaptados por la estrategia corporativa más espabildada del momento. A mí me revienta ver una consigna popular relanzada como eslogan por una empresa o institución, como hizo el PP con el ‘pásalo’ de los móviles, por ejemplo. Me repatea.
Recuerdo la primera vez que Facebook me preguntó «¿qué estás haciendo ahora?». Aquello me pareció espantoso. Tengo algún amigo se borró sólo por eso. Yo no. De hecho, me acostumbré. Como todos. Nos acostumbramos hasta a las peores cosas. Incluso a que nos vigilen con consentimiento. Ojito.
comment-1365
Un buen ejemplo de utilización «empresarial» de Facebook ha sido la campaña de Obama, ¡todo un éxito!