junio 6th
Googlearth
¿Alguna vez se han planteado cuál es la empresa más importante del mundo en este mundo de empresas importantes? No me refiero al volumen de negocio, las ganancias o el número de trabajadores de una multinacional, sino a algo mucho intangible, cualitativo y más trascendental: el poder.
Es lógico imaginar que, en la era de la comunicación, ha de serlo alguna empresa relacionada con este sector. Y en efecto, así es. Se trata de Google, hoy un gigante que comenzó hace tan sólo doce años (fundada exactamente el día en que yo cumplí quince años) como experimento de un par de geeks de la Universidad de Stanford. Lo que empezó siendo un mero buscador se ha convertido en el eje que vertebra el medio más pujante y seguramente el más revolucionario de los últimos siglos. Hoy cuenta con unos 19.600 empleados en todo el mundo. El setenta por ciento de ellos trabaja directamente en el buscador y su mejora; un veinte por ciento en el desarrollo de nuevos proyectos, y un diez por ciento en aquellas áreas de negocio más o menos relacionadas con la compañía.
Entre todos, han aupado a la empresa al Olimpo en un tiempo récord. La marca Google tiene un valor aproximado de 32.000 millones de dólares, (si bien hace tres años llegó a su récord, 66.000 millones y primera marca mundial,) según el prestigioso ranking 2009 de Interbrand y un beneficio neto de 4.600 millones de euros el pasado año. Desde 2006 es propietaria de You Tube y desde 2007 de DoubleClick. Además, siempre ocupa un importante lugar en el top of mind de la mayoría de internautas en todo el planeta.
Pero además de ser una las mayores marcas mundiales, Google se caracteriza por un modo de hacer las cosas, un know how que bien podría ser la clave de su éxito. La empresa está considerada como el paradigma de la compañía de hoy, momento en que Internet lo ha cambiado absolutamente todo. Que Google se mueve en Internet como pez en el agua es de perogrullo, pero es que además imprime esa soltura a todas sus áreas de negocio. A principios de este año lanzó, en colaboración con el fabricante HTC, el teléfono móvil Nexus One, encarándose así ante Apple y su omnipresente iPhone. Esto ha disparado los rumores de una otrora inimaginable alianza entre Apple y Microsoft para convertir a Bing en el buscador predeterminado del iPhone, que hasta ahora es Google. La batalla de los terminales está servida y se une a las que Google va desatando allá donde saca un producto nuevo (Google Chrome, Gmail, AdSense, Google Earth, Google News, Google Maps…). La misma página donde ustedes leen este blog es en realidad propiedad de Google.
La empresa de las letras de colorines no sólo libra las batallas comerciales derivadas de su expansión, sino que ha llegado a enfrentarse con gobiernos. Hete aquí donde yo veo que es el paradigma de la multinacional de hoy y donde queda de manifiesto su ingente poder. Muy sonado fue su desencuentro el pasado marzo con las autoridades chinas, que se sumaba a su historial de conflictos con el país oriental y que terminó con el bloqueo del site en todo el país. Google consiguió evidenciar la falta de libertades en China ante los ojos de todo el mundo. Sin embargo, no siempre sale victoriosa de sus refriegas. Ayer mismo conocimos que Australia abrirá una investigación policial contra Google con motivo de las supuestas violaciones a la privacidad cometidas durante la elaboración del servicio Street View, para el que la compañía emplea automóviles que, según ha reconocido la propia Google, recopilan datos de redes Wi-Fi desprotegidas allá por donde pasan. Esos datos incluyen textos, e-mails, direcciones de correo y webs visitadas por los usuarios captados.
Google, pues, lo sabe todo y está en todas partes, desde los manuales de dirección de recursos humanos hasta las carrozas del Europride. Sabe las cosas incluso antes de que pasen. Tal como explican ellos mismos, son capaces de configurar mapas de incidencia de ciertas enfermedades cuando éstas son todavía brotes de primeros síntomas y están por tanto en ciernes. Si Google quiere, puede conocer tu localización exacta, tu estado de ánimo, tu actividad social, tu nivel cultural, tus inquietudes, tu nivel de ingresos económicos e incluso tus fantasías sexuales. Ese es el poder del que yo les hablaba al comienzo.
Con todo, tenemos razones de sobras para mantener una completa relación de amor-odio con el buscador de buscadores. ¿Y cómo son, si no, todas las grandes relaciones de la Historia?
comment-1092
Tienes toda la razón. Google, que para muchos es un mero buscador, esconde detrás una multinacional con mucho poder.
En la era "cibernética", como yo la llamo, cada día vemos como estamos más y más enganchados a la red. Y ahora "todo" lo que hacemos, "todo lo que somos" pasa alguna vez por la red. Y es entonces donde surge el dilema, hasta dónde es bueno, o positivo para nosotros, que una empresa conozca nuestros gustos y preferencias, y en definitiva, lo sepa todo de nosotros?…