mayo 16th
Visc-a Barcelona
Barcelona tiene fama de ser una ciudad muy cívica. En efecto, para algunas cosas lo es, pero para otras muchas deja el civismo a un lado. O peor aún: lo utiliza para disfrazar un timo. Esto último es lo que ha hecho nuestro estimadísimo alcalde Jordi Hereu (PSC) con la consulta popular -que no populosa- que se acaba de celebrar en la Condal.
Esta mañana ha expirado el plazo para que los empadronados en Barcelona ciudad votemos en el referéndum de la Diagonal. Se trataba de elegir entre tres opciones para la reforma de la famosa avenida barcelonesa, a saber:
Opción A) Hacer un bulevar.
Opción B) Hacer una rambla.
Opción C) Dejarla tal cual está.
Pues bien, el referéndum se ha convertido en el arma política más empleada en el Ajuntament por los diferentes grupos en los últimos meses, como siempre más preocupados por enzarzarse en guerras de poder que en responder a las necesidades de a quienes deberían representar. Los resultados de la consulta, como ustedes mismos pueden comprobar, no pueden ser más desastrosos. Al final ha ganado la opción C (propuesta por CiU en la oposición) por un aplastante 80%.
Efectuar la consulta ha costado más de tres millones de euros, para que luego sólo haya votado un ridiculísimo 12% (20.447 votantes, menos que algunas de las consultas soberanistas que se están produciendo desde diciembre en diversos puntos de Cataluña). Lo que hemos venido a decir los ciudadanos en Barcelona es que ya pasó la época de las obras faraónicas que crean políticos-faraones a imagen y semejanza de sus delirios de grandeza. Cuando muchos decimos que ya no estamos en 1992, es por algo. Los tiempos que corren exigen mayor austeridad y, sobre todo, preocupación real por el pueblo. Puede que reformar las infraestructuras de los barrios no sea tan rentable electoralmente o no quede tan lustroso en la tele, pero es lo que debe hacer un buen alcalde. Al final, el tiro salió por la culata.
Hereu prometió que el suyo sería un mandato sin grandes obras, pero como eso no vende imagen… pues hala, a celebrar Juegos Olímpicos de Invierno y a reformar la Diagonal. A pocos meses de las elecciones municipales de otoño, el alcalde pretendía convertir este referéndum en un plebiscito (de hecho, él salía en la campaña de publicidad de la consulta). Pues bien, ahí lo tiene. Hoy mismo, nada más conocerse el fiasco, ha cesado a su número dos, el teniente de alcalde Carles Martí y a la gerente de administración electrónica del ayuntamiento, Pilar Conesa, por los innumerables fallos técnicos en el sistema de votaciones; sin duda, las dos primeras cabezas que rodarán. Martí ha asegurado que el propulsor de la idea fue él mismo, para exculpar a un Hereu que por más excusas que ponga, se verá enfrentado a las exigencias de dimisión. Un fiasco más que añadir a la lista que, desde que se fue Pasqual Maragall, engrosan sin pudor los alcaldes socialistas de esta ciudad. La Diagonal de Jordi Hereu es el Fórum 2004 de Joan Clos. Su sentencia.
Pero a estas horas, la ciudad vive más pendiente de celebrar en Canaletes la liga de fútbol que acaba de ganar el Barça que de preocuparse por lo que hagan los políticos locales con nuestro dinero. Lo de pan y circo no puede ser más internacional. Sí sí, visc-a Barcelona.
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