julio 31st
Las ratas muerden
La organización terrorista no entiende ni escucha al pueblo español ni al pueblo vasco. No sabe que hace ya tiempo que perdió toda posibilidad de alcanzar ninguno de sus objetivos. Sus integrantes y simpatizantes no son, como gustan de llamarse, guerreros ni combatientes ni libertadores, son cobardes y asesinos. Pueden matar y matan, pero no tienen esperanza de alcanzar jamás sus metas. El paso de los años ha demostrado que también carecen de ideología, de teología, de doctrina, de moral o de cualquier otro fundamento teórico. No asumen que Euskadi y el resto de España vive en una democracia cuyo único cáncer es ella. No sabe que el terrorismo es su propia mordaza y su propia condena. 828 muertes son 828 razones que la separan de la legalidad y la legitimidad.
ETA no reconoce que la libertad (la verdadera, no la incluída en su nombre en euskera) es mucho más fuerte que su absurda dictadura del terror, y que por ello no logra ya ni siquiera atemorizarnos, porque todos sabemos con certeza que ETA está abocada a su desaparición. Sabemos que hoy mata como el loco desesperado que pega tiros al aire. Sabemos que es una estructura de hierro oxidado que se desploma sobre sí misma. No sabemos cuándo terminará de caer, pero sabemos que caerá. De ella no quedará siquiera el rastro de cenizas negras que deja a su paso.
Desde aquel 1959 en que EKIN se convirtió en ETA o desde ese 1968 en que reivindicó su primer asesinato –si bien los hubo antes- hasta hoy hemos avanzado mucho. Hemos superado una dictadura, nuestra democracia se ha consolidado, y ya no somos aquellos españolitos temerosos. Son ellos quienes se han quedado al margen, ajenos al progreso, como un paradójico residuo del Franquismo, corroídos por el odio y la podredumbre.
Aún no han comprendido que todo su esfuerzo es inútil, porque los asesinos no tienen cabida en nuestra sociedad. Con cada bomba, con cada vil asesinato, con cada uno de esos actos de cobardía, ETA da un paso más hacia su extinción. Ese es el único fin que le espera. Y esta, la última línea que le dedico.
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comment-1245
El problema es: Cuantos mas van a morir hasta que terminen de caer??
Yo que quieres que te diga, pero a mí la vía diplomatica sigue pareciendome una opcion. Eso si, siempre y cuando estos indeseables abandonen de una puñetera vez las armas. Y con la ley por delante.
comment-1244
Creo que en España, y más la justicia, no está bien. Cómo se da tanto bombo, se abren más y más invertigaciones sobre quién pago los trajes al presi de Valéncia, o quién regalo bolsos Louis Vuitton a la otra pardilla… No dicen que el CESID es una de las mejores organizaciones de espionaje/investigación?
Pues sepamos cuales son nuestras prioridades. Que se centren en lo que importa y que se dejen de chorradas. Porque entre tontería y tontería se van perdiéndo vidas.
comment-1243
ES bueno que se investiguen las 'chorradas'. En terrorismo hay mucha investigación, claro que esta por seguridad, no se hace pública, pero viendo a todos los etarras que se han detenido de hoy para atrás, podemos pensar cuántos muertos nos hemos ahorrado, menos mal.
comment-1240
Desde mi punto de vista es todavía más triste. El verdadero problema es que mientras ETA siga siendo rentable, mientras saquen dinero de las conexiones internacionales (anda que no soltó dinero Gadafi ni nada, por ejemplo), de los cuatro vascos "zumbaos" emigrados en EEUU que se creen más vascos por financiar esto y del chantaje siniestro y descarado; mientras el dinero fluya, habrá ETA. O una nueva ETA, que recordemos que ya se ha disuelto seis veces.
No son ratas. Si fueran algo serían sanguijuelas. A las ratas las puede humanizar Pixar, pero a las sanguijuelas no las humaniza ni Miguel Ángel Buonarroti en uno de sus días buenos.
Un apunte rápido para Walt Rawley: o usas la "vía diplomática" o vas "con la Ley en la mano. En España las leyes penales son imperativas y no hay espacio para transacciones, el indulto general está prohibido y supongo que no irás a proponer una amnistía. Lo siento, pero no.
comment-1239
Por alusiones: En absoluto propongo una amnistía para estos individuos, nada más lejos de mi intención.
Lo único que proponía era que, una vez que abandonen las armas, y se les apliquen todas y cada una de las condenas que merecen por las atrocidades cometidas a lo largo de su triste historia, a lo mejor la solución es intervenir directamente sobre sus fundamentos ideológicos. Que tampoco siginifica, ni muchisimo menos, ceder ante todo lo que pidan, sino sentarse e intentar llegar a un acuerdo.
¿Que es algo utópico? Pues igual si. ¿Contradictorio? Seguramente, tambien. Pero no se, parece que, yendo uno por uno, esto no se va a acabar en la vida. En fin.