febrero 8th
Made in China
Hay ciertas cosas que no dejan de asombrarme una y otra vez. La que más es, desde luego, el ser humano. Al parecer, ahora nos preocupa mucho el medio ambiente, nos conmociona la catástrofe de Haití y la devastación del SIDA en África. Las empresas ya venden solidaridad o sostenibilidad junto a su marca como el que vende camisetas. Pero, ¿en serio nos creemos nuestro ‘altruismo’ de pega? ¿En qué queda la ‘solidaridad’ cuando pasa de ser un valor a ser un producto de consumo más?
Basta echar un vistazo a lo que tengas más a mano en este momento para comprobar el horror en que estamos atrapados. Mira la etiqueta de fabricación de tus vaqueros, da igual que sean de H&M o de Diesel. Echa un vistazo a la lengüeta de tus zapatillas o al dorso de tu iPod. Seguramente encuentres algo muy parecido a un Made in China, Made in Vietnam, Made in Turkey… Pero sinceramente, ¿te provoca algún resquemor? ¿Dejarás de ir a Zara por ello? ¿Dejarás de quedarte impresionado por el nuevo iPad aunque esté ‘ensamblado’ (e inspirado, no se lo pierdan) en China? Por cierto, curioso el eufemismo ‘ensamblado’ que usa la idolatrada Apple en sus biblia-productos.
La crisis ha otorgado voz a movimientos marginales en busca de supuestas alternativas, dando la sensación de que dejaban de ser tan marginales. Nada más lejos de la realidad. Las formas cambian, pero el fondo no. Todo este rollo back to basics, slow way of life y demás payasadas anglosajonas no es más que una vuelta de tuerca a lo mismo de siempre pero con más cinismo, porque no hay peor mal que aquel que adopta la forma de la virtud. No hay en ellos la más mínima intención real de transformar lo esencial, y la razón es muy sencilla: el sistema en que vivimos es tan grande y tan poderoso que fagocita sin pestañear cualesquiera de estos movimientos, incorporándolos a su estructura. Desde ese momento, quedan invalidados, reducidos a meras anécdotas con mayor o menor trascendencia, pero controlados en todo caso. Son sólo una marca más, una manera más moderna de vender lo mismo de siempre, una artimaña de marketing al uso.
¿De qué sirve que una marca me diga en letra tamaño folio que destina un 0,5% de sus ingresos a los niños desnutridos si luego, en letra pequeña, leo que el producto está fabricado en un país con mano de obra barata que no cumple los Derechos Humanos? ¿Es ese su concepto de RSC? El consumidor está en el centro de una cadena en uno de cuyos extremos hay un niño cobrando veinte céntimos al día y en el otro, un directivo con jet privado. ¿No es curioso que ambos trabajen para la misma empresa?
Uno se pone a pensar qué puede hacer por cambiar esto y llega a conclusiones aún más desalentadoras. Cuando todo lo que te rodea está inmerso en el mismo juego, te asalta la sensación de impotencia. Con toda la razón sientes que no puedes hacer nada por ello salvo convertirte en ermitaño. Y es entonces cuando enciendes tu portátil made in China enfundado en tu pijama made in Vietnam hasta que el sueño te atrape.
comment-1153
Estoy completamente de acuerdo con lo que dices.
Los empresarios buscan abaratar costes e incrementar ganancias.
Pero qué se puede esperar de un mundo en el que la metodología para llegar a tales fines es:
Cerrar la planta del propio país para abrir una en China (por dar un ejemplo). Enviar el material de aquí para fabricarlo allí. Y una vez hecho, traerlo de vuelta. Todo con un coste mucho inferior a fabricarlo y distribuirlo desde un mismo sitio.
Lo ves y no te lo crees. Yo por mucho que lo pienso no veo una solución a corto plazo. Esta situación petará, pero de mientras, seguiremos viéndo MADE IN CHINA, MADE IN TAIWAN en lugar de MADE IN SPAIN o MADE IN EEUU.
comment-1152
Eso es para los medianos como nosotros. Los que de verdad tienen y pueden, ¿crees que van a comprar productos "made in China"? Los ricos de verdad compran trajes de marca, de alta costura (que ya el ingenio de la nueva industria tiene para todos los gustos). Se puede elegir hasta el tipo de yate que quieras, hecho con lo que quieras. Y de alimentación no hablemos, porque de primera , nada. El resto de los mortales seguiremos vistiendo y sobreviviendo, dicho sea de paso, gracias a los chinos (que no deben culpa), porque si no, ni salíamos de esta.
Y no sólo es ese país: está Malasia, Filipinas, Corea, Vietnam y un largo etcétera cada vez más largo por desgracia y más mal apañado que China.
comment-1151
C. Gustavo, creo que te equivocas. La mayoría de los "trajes de marca" también se confeccionan en esos países. Otra cosa es hacerlo a medida en un sastre de confianza, que es lo que hace la gente adinerada que de verdad tiene clase.
Y objetos como un iBook o un iPod también se fabrican allá y son consumidos por todas las clases sociales.
comment-1150
Sin embargo, cuando vamos al super, nos escandalizamos por los precios de los productos de comercio justo porque duplican o triplican los habituales.
No hay solución factible hoy por hoy. Como bien dices, sólo podemos dejarnos atrapar y, "con toda la razón", ¿colaborar de alguna otra forma? ¿será posible?
Un blog muy interesante
Saludos