noviembre 30th
«Periodismo» ciudadano
Es de esos neologismos totalmente odiosos. De esas palabras nuevas que nada más nacer, uno espera que pasen a mejor vida. Cuando antes uno veía o vivía algo en primera persona y lo contaba públicamente en los medios, era un testigo. Ahí lo tenías al pobre intentando transmitir con sus palabras lo ocurrido. Hoy, irónicamente, los teléfonos móviles han callado a toda esa gente. Casi todos llevamos encima un aparato capaz de captar fotos y vídeos de una calidad aceptable, que pueden ser compartidos mundialmente con un solo golpe de ratón. El resultado es una red gigantesca en constante expansión hacia el infinito. Y como siempre, la cantidad está reñida con la calidad. Eso sí, el invento ha conseguido revolucionar la estructura de la comunicación. No sólo el acceso a la información se ha democratizado (aparentemente) sino que la propia edición de la misma también lo ha hecho. Hete aquí un arma de doble filo.
Tradicionalmente, el profesional de la información era el periodista. Él era el legitimado para tratarla y la fuente de confianza. Hoy se le llama igual al chalado que abre un blog de lo que sea o al aficionado que cuelga cualquier cosa por ahí en Internet. Tiene narices que hayan sido los propios medios de comunicación tradicionales los que han fomentado esta neonominación, prueba irrefutable de la caída en picado de la reputación de nuestra profesión. ¿Hay acaso abogados ciudadanos? ¿Empresarios ciudadanos? Si le ayudo a alguien con una herida en la calle, ¿soy enfermero ciudadano? Supongo que la peregrina idea deriva del concepto del periodista como un mero tío con una cámara que escribe bien.
En un mundo donde la portera te puede editar el contenido de la enciclopedia de referencia; ¿de quién te puedes fiar? De pocos, por supuesto, ya que la mayoría de lo que hay en Internet es repetición, plagio o simple basura. Otros muchos que se erigen como estrellas polares en el desierto virtual sólo nos conducen hacia sus intereses. Y es que, desengañémonos: la información no es democracia, es poder. Por eso emana de pocas fuentes, aunque discurre por muchas.
La intención de democratizarlo es buena, pero errónea. El ideal de un periodista totalmente libre e independiente es casi una utopía; pero eso no es lo importante. Lo esencial es que cada ciudadano sea capaz de discernir lo que está viendo o leyendo en cada momento. O lo que es lo mismo: formar una ciudadanía crítica. Lograr que sepan que cuando uno ve Antena 3 está viendo las cosas tal como el Grupo Planeta quiere que sean, y que cuando uno lee El Mundo no hace más que leer la visión pedrojotil del mismo. Conseguir que sean buenos receptores, no necesariamente buenos emisores. Ese es el reto.
‘Periodismo ciudadano’, valiente término.
comment-1185
Pues el periodismo profesional tampoco es que se esté luciendo.
http://www.canariasahora.com/opinion/5167/
comment-1184
"Ahora mismo todo lo que hay en Internet es repetición"… Y a mi que este post me recuerda a un debate que se abrió hace poco en Facebook…
Y suscribo a anónimo, el periodismo "de verdad" también va siendo hora que se plantee un examen de conciencia eh??
Saludos repetidos 😛