mayo 24th
#spanishrevolution
Este país lleva dándome disgustos desde hace bastante tiempo; el último, la arrasadora victoria del PP en las elecciones municipales y autonómicas. Un disgusto que acepto como demócrata. No obstante, y como ya saben los que suelen seguirme, me gusta mantener un hilo de esperanza en cualquier situación. Creo que el optimismo es más inteligente que el pesimismo, en el sentido de componer un estado más avanzado (y más difícil, sin duda) que éste. La mayoría de veces hay que rascar sesudamente en la superficie de las cosas para dar con esos clavos ardiendo a los que agarrarnos. Otras, el mundo nos ofrece los motivos en bandeja.
Es el caso de las manifestaciones de indignados que estos días me ha hecho recuperar una cierta confianza en mi generación. Por fin hemos demostrado que somos más que la generación del botellón y la telebasura. Tenemos razones de sobra para indignarnos y así lo hemos hecho, de manera pacífica y organizada, convirtiendo de paso a otra campaña electoral anodina y mentirosa en algo de verdad interesante. Como todas las cosas importantes, el movimiento 15-M ha recibido muchas críticas, procedentes en especial de dos frentes: por un lado el de aquellos que lo critican todo porque sí, esos que se limitan a quejarse inútilmente desde la comodidad del sofá de casa, y por otro lado, como era aburridamente previsible, del sector más reaccionario, que ha llegado a relacionar esta protesta con el 11-M. Digan ustedes cualquier palabra que les venga de golpe a la mente, que ellos sabrán relacionarla con Zapatero, ETA y el 11-M. Otras pseudocríticas se quedan más en un bochornoso delirio facha.
Al movimiento que comenzó convocado por Democracia Real YA (DRY) se le ha acusado, a la vista de los resultados electorales, de favorecer a la derecha por pedir «la abstención o el voto en blanco«. Nada más lejos de la realidad. Ellos no han pedido el voto en blanco ni el voto nulo ni la abstención, ni mucho menos el voto a un determinado partido político. Ellos han pedido reflexionar sobre el voto y reformar la Ley Electoral para conseguir una democracia participativa. Se le pueden poner pegas a las propuestas de sus asambleas, como de hecho ha ocurrido ya (en Twitter, #perosasol) de un modo racional, pero las descalificaciones hacia quienes están clamando por los derechos de todos están fuera de lugar. Han conseguido llevar a España a las portadas y noticiarios de todo el mundo sin necesidad de que ocurriera una tragedia para ello, sino al contrario: demostrando que la juventud española tiene la voluntad de emprender una revolución pacífica pero contundente ante una situación de extrema injusticia. El ejemplo ha cundido entre otros países europeos. Y aún algunos dicen que esto no ha servido para nada…
El movimiento social nacido del 15-M ha pasado de ser ignorado a ser un estorbo en el cortijo de la corrupcion enquistada de nuestra clase política y empresarial. El clamor por una democracia real les molesta porque interrumpe sus palmaditas en la espalda, sus chanchullos encubiertos, y contraviene sus intereses partidistas, que no podrían estar más alejados de los de una población cuyo derecho fundamental a la protesta encima se atreven a deslegitimar.
Mi enhorabuena y mi agradecimiento más sincero a DRY por el mérito de movilizar a miles de personas en el país de la pasividad estúpida. Y mi más cínico agradecimiento a todos los que intentan desnaturalizarlo o desprestigiarlo, por contribuir sin querer con ello a avivar más la llama de la #spanishrevolution.
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Coindico en casi todo contigo. GRacias por tu artículo, lo comparto en mi FB.
Ana