febrero 18th
Una oscura simbiosis
Pues ya está aquí. Ya llegó. Al fin tenemos entre nosotros la reforma laboral más profunda de la democracia. La ha emprendido un gobierno conservador y, como tal, ha dejado su impronta en ella. Esto quiere decir que de reforma laboral en realidad tiene poco, puesto que la perspectiva del trabajador brilla por su ausencia en casi todos los planteamientos. Llamemos a las cosas por su nombre: es una reforma empresarial.
Cuando el presidente de la patronal se muestra tan eufórico como demuestra este vídeo con dicha reforma, es que algo falla. Y no porque los empresarios sean una casta de malvados, como los neoliberales piensan que pensamos los demás, sino porque una ley de estas características ha de ser aprobada con el mayor consenso posible entre las partes implicadas. Pero el PP ha preferido la vía del decretazo. Tiene el poder suficiente para hacerlo y queda claro que no está dispuesto a desaprovecharlo. Se ha ganado los primeros elogios de los que se tiene cuenta por parte de la CEOE hacia una reforma.
El poder del PP se extiende de la misma manera que las anémonas en el fondo marino. Todo lo cubre y resulta venenoso para aquel que contraviene sus intereses. La patronal se camufla con maestría entre ella, le aporta oxígeno y se encarga de limarle las impurezas. Ambas salen ganando y excluyen al resto.
La protección del trabajador queda pues en manos de la buena voluntad del empresario, lo que en no pocas ocasiones querrá decir que queda anulada por completo. Es, entonces, un paso atrás en los derechos laborales y un menoscabo de nuestro Estado de Derecho, cada vez más frágil debido a medidas como esta.
Abaratar el despido no logrará crear empleo, tal como han señalado los expertos de todo el mundo y tal como el mismo Rajoy ha reconocido que sucederá «a corto plazo». Supongo que nuestro presidente no está esperando unos años a que la economía mundial cumpla el ciclo recesivo para comenzar a despegar y apuntarse el tanto. Seguro que no.
Lo más curioso es que, como muestra este vídeo, sea precisamente el Partido Popular el más crítico con el decreto-ley que ha entrado en vigor esta semana. Eso sí, con casi dos años de antelación. Concretamente, el 23 de junio de 2010 en el Congreso de los Diputados. Ya se sabe que los populares son siempre sinónimo de vanguardia, todo unos adelantados a sus tiempos. A mí es que me encantan dos cosas: las hemerotecas y las ironías. Allá donde confluyen ambas, aparece el PP perjurando que no iba a abaratar el despido, ora en Twitter, ora en la televisión pública (minuto 42), ora en el debate electoral frente a Rubalcaba (minuto 28:40). Lo grave no es que mientan -¡qué cabe esperar!-, lo grave es que les crean y 10 millones de españoles les den su voto. A todos ellos, y en especial a los que van a despedir de sus puestos de trabajo casi gratis, les invito a reflexionar sobre ello.
Una vez metida la tijera por primera vez, la hoja que corta ya se desliza con más facilidad. Y el siguiente objetivo es el derecho a huelga. La CEOE redacta. El PP aprueba. Pura simbiosis.
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Aunque Esteban González Pons es un bocachancla (y muy bien pillado aunque en realidad estén hablando de la propuesta de la CEOE de 20 días por año, pero bien pillado), en el debate, Rajoy dice que no va a tocar el “seguro” de desempleo (y no lo ha hecho, mismas cantidades, mismos plazos, etc.), pero no dice ni mu del despido.
Respecto al texto… Qué quieres que te diga, se dio meses a sindicatos y patronal para que negociasen y llegasen a un acuerdo. No hubo acuerdo (entre otras cosas, y eso no me lo negarás, por la férrea postura de los sindicatos en contra a abaratar el despido, inflexibilidad que tú ves bien y yo mal, pero bueno) y, no habiendo acuerdo, se ha tirado por la vía del decreto. No es la mejor idea, pero ¿qué alternativa quedaba? ¿Seguir sin legislar y non hacer reforma?
Con el asunto de la huelga pasa lo mismo. La Constitución fija que el derecho de huelga tiene que estar regulado por Ley, y no existe esa ley, lo cual quiere decir que los sindicatos hacen básicamente lo que les da la gana a la hora de desarrollar huelgas, sobre todo con el tema de los piquetes, amparados en el decreto del 77 y (fundamentalmente) la STC 11/81. Esa ley hay que hacerla, es un mandato constitucional y es una vergüenza que no se haya hecho todavía. Regular el derecho de huelga no es lo mismo que recortarlo, entre otras cosas porque ¡no se puede recortar lo que todavía no está regulado! Si el PSOE (o Aznar, aquí hay culpa para todos) se hubiera metido en el tema en su momento no andaríamos en estas. Pero es lo que pasa también con el aborto en Estados Unidos: tienes un asunto espinoso, no te atreves a legislarlo y llega el TC (o el TS a) salvarte el culo (con Roe vs. Wade en EE.UU.) y dejas las cosas sin legislar; efectivamente fuera del control del Pueblo (que en España no elige a los jueces) e incumpliendo mandato constitucional para “ir tirando” y no sufrir desgaste político. Yo creo que no, que hay que regular el derecho de huelga de una vez de tal forma que garantice a los que quieren trabajar su derecho a hacerlo y a los que quieren convocar o secundar una huelga su derecho a hacerlo, y no creo que en realidad estés en contra de eso.
En fin, un saludo,
A.